El fundador de nuestro movimiento, Baden Powell, en determinado momento se vio obligado - en
el sentido estricto de la palabra - a pensar en esos innumerables chiquillos de ocho a doce años que también querían, a
su manera, vivir la gran aventura del escultismo. El lobatismo es la obra más valiente
y más original de Baden Powell, aquella donde el supo, mejor que en ninguna otra, revelarnos toda su extraordinaria capacidad
de comprensión del mundo infantil, a la vez que su excepcional fantasía y su sorprendente inspiración.
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